dilluns, 25 de maig del 2009

17.-VOCACIONES DIFERENTES Y ADMIRABLES

Carlos Alberto Leiva, 20 años, estudiante y voluntarioLos jueves a las ocho de la tarde comienza para Carlos Alberto un finde no del todo corriente para los chicos de su edad, ni de ninguna otra edad. A esa hora se reúne en un sala del colegio de los Salesianos de Úbeda con sus compañeros voluntarios de la asociación Zero’s. Programan las actividades que les tendrán ocupados el viernes desde las 5 de la tarde hasta casi medianoche y entretenidos al montón de chavales de la localidad jiennense que se apuntan a los torneos de PlayStation, fútbol, gincanas o encuentros literarios que ellos organizan. “Les ofrecemos una alternativa al botellón o a las drogas. Yo tuve la suerte de disfrutar de estas actividades de niño, tuve monitores estupendos y ahora sólo quiero devolver todo lo que he recibido.” Pero su fin de semana no acaba ahí. Sus sábados por la mañana transcurren en la planta de pediatría del hospital San Juan de la Cruz, de Úbeda, tratando de hacer más llevadera la estancia a los más pequeños. “Cuando tenía 13 y 14 años tuve que pasar largas temporadas hospitalizado. Me di cuenta de lo largos y tristes que eran los fines de semana allí.” Con esta experiencia e inspirado en la película de Robin Williams Patch Adams, Leiva se animó hace cuatro años a crear el proyecto Tiritas con sonrisas e involucró en él a otros compañeros de la asociación salesiana. “Con nuestras batas blancas llenas de parches o nuestras narices rojas parodiamos un poco a los médicos y tratamos de desmitificar para los niños toda la parafernalia de los hospitales”. El proyecto ha recibido uno de los premios de la Fundación La Caixa a jóvenes con valores. Los sábados por la noche son para él. “Me gusta salir, me encanta la música y me encantan los niños”.Testimonio recogido por María del Mar Rodríguez



Marc Coll, 36 años, produce y distribuye zumos naturalesA Marc Coll no le avergüenza reconocer que es un romántico empedernido. De esos que trabajan duro por un sueño. Todo empezó gracias a la “adicción a la fruta” inculcada por su madre. Pero también a su innata curiosidad. “Me gusta probar cualquier cosa –explica–, y cuando descubrí los smoothies, ya consolidados en Estados Unidos y Gran Bretaña, pensé que era importante darlos a conocer en España.” Así nació Romantics, que mezcla frambuesa con naranja, fresa y plátano, naranja y piña, mangos y lichis… Cada vez que la lista de combinaciones de fruta se alarga, “crece la ilusión”. Pero Marc no olvida sus responsabilidades éticas. “Si tienes acceso a fruta fresca, cómela y disfrútala. Si no, déjame que yo te proporcione una mezcla divertida; pero tiene que ser fruta, no un sustituto, no conservantes ni colorantes.”Bromea cuando explica las bondades para la salud: “Vas más al baño y estás más contento”. Pero se pone serio al hablar del impacto que su empresa puede tener sobre el medio ambiente: “Estamos estudiando hacer las botellas biodegradables. Es importante cuidarnos, pero también respetar nuestro entorno”. Marc dejó un trabajo en una multinacional para poner en marcha una idea y ver hasta dónde podía llegar. Que es un romántico se percibe hasta en su discurso. A los zumos los llama “mimos de fruta”, y afirma orgulloso que la inauguración de Romantics, que distribuye zumos naturales a establecimientos como Pans & Company y El Corte Inglés, coincidió con el nacimiento de su hija. “Ya es casualidad; el 9 de noviembre del 2005, cuando vino al mundo Aina, exprimíamos las primeras naranjas.”Testimonio recogido por Eva Cervera

16.-ALEJANDRA CANO

16.-Alejandra Cano, 24 años, psicóloga, voluntaria con niños enfermos de cáncerCada lunes, haga frío o calor, Alejandra va a jugar con los niños de la planta de oncología infantil en el madrileño hospital de La Paz. Organiza actividades “que les hagan olvidar que están malitos y que permitan a sus padres salir del hospital, tener algo de tiempo para ellos”. Lo suyo, dice esta psicóloga, son las manualidades. “Me gusta que nos embadurnemos de pintura y, sobre todo, que dejen volar su imaginación”. Desde hace dos años y medio, Alejandra sigue esta rutina semanal como voluntaria de la Asociación Infantil Oncológica de Madrid (Asión), creada e impulsada por familiares de niños enfermos de cáncer. “En segundo de carrera acudí a una feria de voluntariado que organizó mi universidad y allí supe de un campamento para niños oncológicos en Irlanda. Me apunté como monitora.” El centro Barreststown parece cumplir el sueño de su impulsor, el actor Paul Newman, de crear un sitio especial para niños con dolencias graves. “Es un lugar mágico, durante esos días no hay ninguna sensación de pena, ni de tristeza, ni de diferencia. Están allí porque son niños, no porque son niños enfermos. Ese verano me di cuenta de lo mucho que se podía hacer y de lo bien que me lo había pasado.” La experiencia le marcó y le alentó a involucrarse en Madrid en una actividad semejante durante el curso e incluso ha orientado su futuro profesional. “Como psicóloga, quiero trabajar en el ámbito de la salud, con enfermos físicos, creo que hay mucho que hacer en este campo.” Cree que la idea de voluntario ha cambiado mucho, “ya no es alguien un poco al margen del mundo, sino que incorpora unas horas de servicio a la sociedad como parte de su rutina…” www.asion.orgTestimonio recogido por María del Mar Rodríguez

15.-ESTHER GUERRERO

15.-Esther Guerrero, 23 años, integradora socialEl camino que separa sexto de primaria y primero de ESO puede durar tan sólo un verano, pero para muchos es un paso abrupto y a veces imposible. Esther Guerrero intenta, desde hace cuatro años, que aquellos chicos y chicas de las escuelas de su barrio de l’Hospitalet con riesgo de perecer en este punto de su vida académica y social hagan el cambio con éxito. Coordina un proyecto de la Fundación Akwaba que implica a siete profesionales, del que se han beneficiado ya más de 300 alumnos y que consiste en trabajar directamente con quienes necesitan este estímulo. “La mayoría son chicos que acaban de llegar de su país, otros a los que les va mal por algún problema personal o familiar… El reto es que aprendan no sólo hábitos de estudio sino a relacionarse, a trabajar en equipo o a escuchar”, explica Esther, que ha recibido uno de los premios que otorga la Universidad Europea de Madrid a jóvenes emprendedores sociales. Está terminando Psicología. “Hay quien cree que cuando acabe buscaré algo más serio o mejor pagado porque no entiende por qué me dedico a esto.” Son muchas horas y llevarse el empeño, la alegría o la frustración a casa. “Nunca seré una psicólo-ga de despacho”, asegura. De momento, es un lujo lo que hace como integradora: “Con ellos te das cuenta de lo que realmente es la vida y el esfuerzo”. No hay nada mejor que recordar escenas emocionantes. Como una fiesta de despedida que le organizaron sus niños o una madre que estuvo dos horas de reloj contándole lo bien que estaba su hija gracias a ella. Lo suyo es “trabajar en el núcleo de la necesidad”. Más información: www.fundacioakwaba.cat
Testimonio recogido por Mónica Artigas

14.-CAMILA FORERO

14.-Camila Forero, 27 años, emprendedora socialLa crisis le ha hecho perder dos de sus mejores encargos para Navidad, pero ella parece crecerse ante las dificultades. “No hay nada imposible si uno cree en lo que hace.” Camila Forero lleva las riendas de Romihilo, taller de costura y empresa de inserción sociolaboral para mujeres gitanas. Un pequeño local en Villaverde acoge una segunda –y acaso una primera– oportunidad para más de sesenta mujeres gitanas que entre hilos, patrones y máquinas de coser buscan nuevos rumbos para sus vidas. Entre puntada y puntada, la artífice de este valiente proyecto sin ánimo de lucro les habla de estigmas, estereotipos, responsabilidades, cultura laboral, puntualidad o discriminación. “La lucha es la misma, todas somos mujeres, da igual que seamos inmigrantes, payas o gitanas.” Nacida en Colombia hace 26 años, Camila llegó a España hace ocho para acabar sus estudios de Sociología en la Universidad de Salamanca. Próxima a concluir su tesis doctoral, su inquietud profesional se mueve por igual en el campo teórico que en el práctico. “Quiero ser parte activa del cambio social. Las realidades de desigualdad y ausencia de oportunidades no van a desaparecer por sí mismas, necesitan que alguien crea que ese cambio es posible y además lo gestione, se responsabilice con ello y lo saque adelante. No es una cuestión de ideologías, sino de compromiso.” Su iniciativa ha sido premiada recientemente por la Universidad Europea de Madrid. “Los 3.000 euros del premio ahora nos vienen de maravilla. Aunque nos vendría bien un local mejor y más amplio, creo que los ahorraremos para tener un colchón, porque lo más importante es que nuestra empresa siga siendo viable.”

13.-LUIS BURGUIÑÓ

13.-Luis Burguiñó, 23 años, estudiante y fundador de la ONG Ghana una SonrisaAunque Luis no es el primer joven que conoce otra realidad, a años luz de la suya, y toma conciencia de todo lo que queda por hacer, quizá sí sea de los pocos que tienen claro cómo hacerlo. Este estudiante de Matemáticas e Ingeniería Informática creó hace un año la ONG Ghana una Sonrisa para ayudar a los más desfavorecidos del país africano incluido en ese juego de palabras. Todo comenzó con un viaje que hizo a un orfanato en el verano del 2006. “No recibía dinero del gobierno ni de ninguna organización, y los niños dormían amontonados, comían una vez al día”, explica Luis. Pero mientras estuvo allí arrimando el hombro, hubo desayuno, comida, cena, y muchos chicos vieron un médico por primera vez. “¿Cómo dar continuidad a eso, volviendo a nuestra vida europea?” La solución “no estaba en cambiar de rutina, sino en dedicar tiempo”, y así surgió la idea de fundar una organización que les diera “las herramientas necesarias para valerse por sí mismos”. Había que hacer las cosas bien y paso a paso. Un esfuerzo controlado que se mide ahora en éxitos: la organización ha construido un edificio nuevo para el orfanato y otro está en camino, financiado en parte por el Gobierno del país; hay nueva enfermería y una furgoneta que lleva a los niños a la escuela. Unos 106 socios cubren, por un euro al día, las necesidades de otros tantos niños. “Somos una organización pequeña consciente de lo que podemos abarcar. Queremos que el dinero donado no se pierda por el camino, que puedan verse claramente todos los resultados.” Luis lo tiene claro: “Igual de perjudicial es no dar ayuda que dar demasiada”. Información: www.ghanaunasonrisa.or

12.-ISABEL CUÑADO, LAURA FERNÁNDEZ, TANIA GUTIÉRREZ Y ELENA CALLEJA

12.-Isabel Cuñado, Laura Fernández, Tania Gutiérrez y Elena Calleja, de entre 20 y 29 años, profesionales de la intervención social“¿No te doy miedo? Soy un preso”, trata de intimidar a Isabel un joven recluso. “No, porque yo no te veo como preso, sino como persona”, responde ella. Estas cuatro jóvenes madrileñas alzan su mirada por encima de prejuicios y estigmas; no les juzgan ni les preguntan por su pasado, solamente tratan de sacar lo mejor de ese abanico de posibilidades que todos llevamos dentro. Con sólo 23 años, Laura Fernández, coordinadora del programa GAIA de intervención con adolescentes y jóvenes de la Asociación Proyecto Hogar, puso en marcha este programa de trabajo con jóvenes reclusos de Alcalá-Meco hace cuatro años. “A los profesionales de la intervención social nos interesa mucho un ámbito como la cárcel; aunque la gente lo perciba como algo desagradable, profesionalmente es una gran oportunidad y un medio muy agradecido. La cárcel, si no se trabaja con ellos, no les aporta nada.” Laura, Isabel, Tania y Elena –y otros voluntarios que forman parte del equipo– acuden los viernes a la prisión. Trabajan con varones de 18 a 21 años en régimen de prisión preventiva, en todo aquello que puedan necesitar tanto fuera como dentro de la cárcel: educación sexual, orientación laboral, adaptación cultural… “Agradecen sobre todo las actividades en las que se sienten útiles, especiales, y no un número más de los cien del módulo. Simplemente, que les llamemos por su nombre de pila para ellos ya significa mucho”, explica Laura. “Cuando ves a alguno sonreír, entonces te vas contenta a casa”, añade Isabel. Satisfechas de una labor que confiesan “vocacional” y enriquecedora. Han recibido el premio de la Fundación La Caixa a jóvenes con valores.Testimonio recogido por María del Mar Rodríguez

11.-XAVIER MARTÍ MARTÍ

11.-Xavier Martí Martí, 28 años, diplomático“El Rey me entregó el despacho y a los cuatro días me enviaron a Siria para participar en la evacuación más importante de la historia de España”, cuenta Xavier Martí desde la Unidad de Emergencia Consular del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Hubo que sacar a 800 españoles. En mayo del 2007 voló a Venezuela para asistir a las familias de dos empresarios españoles secuestrados. En julio del mismo año, trabajó en la repatriación de las víctimas del atentado de Yemen, y en noviembre, dio apoyo desde Madrid a los familiares de los españoles retenidos en Chad. Accidentes, enfermedades, guerras y atentados terroristas son algunos de los peligros a los que se exponen los españoles en el extranjero, y Xavier Martí ha contribuido durante dos años a asistir a estas personas. Su vocación siempre fue clara: “Sabía que podría ayudar y con resultados inmediatos; no te vas a dormir si no has terminado el trabajo”. Y no le importó estudiar más que el resto de sus amigos para lograr el sueño de entrar en el cuerpo diplomático. El resultado fue asombroso: premio Extraordinario de Licenciatura, premio Nacional de Fin de Carrera al mejor expediente académico de Ciencias Políticas, primero de su promoción en la Escuela Diplomática… “El trabajo es muy complicado porque las familias viven situaciones muy angustiosas, pero su gratitud se convierte en energía para afrontar nuevas emergencias”, explica. Ahora, puede tomarse un respiro como subdirector general adjunto de Asuntos de Extranjería: “Antes estaba pegado al teléfono las 24 horas y tenía siempre una maleta preparada para viajar en cualquier momento”.
Testimonio recogido por Borja Duñó

10.-SARA MENDOZA

10.-Sara Mendoza, 29 años, educadora social, trabaja con niños enfermos de cáncer.Nunca supo dónde quería trabajar ni qué le gustaría ser. Sólo sabía que se veía rodeada de niños. “Son un motor”, dice. Por eso estudió Educación Social. Y por algo relacionado con un par de experiencias propias, quiso girar el timón hacia los niños con cáncer. Lleva ocho años en ello. Cuatro, como coordinadora de actividades lúdicas y voluntariado de la Casa Ronald McDonald de Barcelona, un espacio que acoge a familias que dejan su lugar de residencia habitual para que alguno de sus miembros siga un tratamiento contra el cáncer en un hospital barcelonés. En total, son quince familias. “Preparo todo tipo de historias para que su vida aquí sea más entretenida. Herramientas para distraerse, porque olvidar es imposible.”Su llegada a media mañana se celebra de verdad. Con sonrisas entre padres, madres, abuelos, hermanos, enfermos. “Dime tú quién llega al trabajo y puede encontrarse un abrazo de una niña de seis años”. Eso –“recibo el triple de lo que doy”– es la fuerza en un quehacer donde la lucha por la vida es el pan de cada día, y la muerte, una compañera de trabajo que nunca cambia su fuerza bruta. “Esto es un embudo, los casos que llegan aquí son difíciles. Y sí, se van muchos niños, pero también se curan muchos.” Cuenta que, cuando lo peor ocurre, ni coraza ni frialdad: “A mí me afecta. Delante de las familias soy fuerte, pero luego me voy a dar una vuelta para llorar”. Lo importante: el sentido final de lo que hace: “El juego es clave, es su ilusión imprescindible”. Y una lección que se lleva cada día, guardada como su mejor tesoro: “Empiezas a valorar algo como estar sentado en el sofá, con tu familia, tranquila y en tu casa”.
Testimonio recogido por Mónica Artigas

diumenge, 24 de maig del 2009

9.-IVÁN MÀÑEZ

9.-Iván Máñez, 28 años, fundador y director de la revista Global Asia en PekínIván Máñez tenía “un sueño y una necesidad”. El sueño era montar una revista. Y la necesidad, tumbar los tópicos que rodean China. “Igual que los chinos asocian España a los toros y el flamenco, cuando los españoles piensan en un chino les viene a la cabeza un hombre amarillo, bajito, con sombrero y bici. Sin embargo, no encontrarás tantos Audi como en Pekín ni verás rascacielos como los de Shanghai”, afirma Máñez. Para saciar de un golpe su sueño y su necesidad, este periodista valenciano ha fundado Global Asia, la primera revista bilingüe en chino y español que se distribuye en ambos países y que pretende servir de “puente de conocimiento” entre ambos mundos. Especialmente en el terreno económico y empresarial.El alumbramiento de Global Asia es una buena metáfora del dinamismo y el vértigo que caracterizan al gigante asiático. Después de licenciarse en Periodismo en Valencia y estudiar un máster de Relaciones Internacionales en Madrid, Iván Máñez logró una beca de tres meses para aprender mandarín en Pekín. Allí pasó el verano del 2006 y conoció a Li Cheng, alias Diego por su fervor por Maradona, con quien “enseguida surgió la idea de montar juntos una revista”. Otra beca, ésta de nueve meses, le permitió volver a Pekín el año pasado. “Tejimos la red de colaboradores y patrocinadores y un equipo de traducción”, explica. Con 3.001 euros y un préstamo, la bimestral Global Asia vio la luz el pasado mes de mayo. La revista ha sido presentada en Barcelona, Madrid, Pekín, y muy pronto llegará a Buenos Aires. Tiene una tirada de 20.000 ejemplares que llegan gratuitamente a empresas, instituciones y universidades de China y España con intereses comunes. Cualquiera puede descargarse de su página web (www.globalasia.es) los cinco números aparecidos. Máñez lanza una predicción: “China superará a EE.UU. como potencia económica en menos de 20 años.”

8.-JENNA WATSON

8.-Jenna Watson, 31 años, consultora de medio ambienteSu gran historia de amor con la naturaleza es una deuda saldada con sus orígenes. Jenna Watson creció en Sault Ste. Marie, en Ontario, un pueblo enclavado en la zona de los Grandes Lagos. Bosques, lagos, montaña, nieve, aire. Su padre era presidente del comité de conservación de la naturaleza de su pueblo, y Jeena tuvo a los 16 años, cuando en Europa la ecología era una rareza, un profesor que le contaba qué era el desarrollo sostenible. “Me hizo creer que podía hacer algo para cambiar el mundo. Así que estudié medio ambiente.” Lo hizo en Canadá y después en Oxford. Viajó a Barcelona por casualidad, y le ofrecieron un puesto en una consultoría. Y se quedó. De eso hace seis años.Jenna trabaja actualmente en un grupo de investigación de gestión ambiental de la Universitat Pompeu Fabra y colabora con Good for Enviroment, una empresa de ecodiseño creadora de objetos como el Econo, un disco de material plástico reciclable que condensa el vapor del agua y permite regar las plantas con la mitad de agua, o el Hexaton, un contenedor de basura para actos reciclable: “Son productos sencillos para un modelo de vida más sostenible, austero e ingenioso”. Jeena se ha especializado en el análisis del ciclo de vida de los productos que compramos. Y cumple con lo que predica: elige productos con poco packaging, no compra agua embotellada sino que filtra la del grifo, va en bicicleta, usa compresas y tampones ecológicos, servilletas de tela, y “no tiro de la cadena del lavabo cada vez que hago pis”. Además, si la necesita, compra ropa de segunda mano, porque evita un 97% de impacto ambiental: “En inglés decimos que one man’s garbage is another man’s gold, que es algo así como ‘la basura de una persona puede ser oro para otra’”. Más información: www.goodfore.com

7.-EULÀLIA ROSA

7.-Eulàlia Rosa, 22 años. Estudiante y cantante de gospel Se ha formado un corro alrededor de un grupo que pone banda sonora a la tarde de los viernes ante la catedral de Barcelona. El público baila, sigue el ritmo con las palmas. Eulàlia Rosa vibra con cada nota que canta. Tiene 22 años y todos la conocen como Itaca, un cambio de nombre que emula el sufrido por los esclavos africanos a su llegada a la Costa Este de Estados Unidos.Itaca es estudiante de comunicación audiovisual y llegó al gospel hace ya 10 años, cuando el director de la coral de música moderna del instituto en la que estaba apuntada pensó que estos ritmos inculcarían valores positivos a los chicos y les unirían como grupo. “Funcionó”, reconoce la joven, pero un día el centro se desentendió del coro y recomendó no seguir. “Evidentemente, pusimos más empeño.” Cantaban en la calle, hasta que una iglesia les dejó un lugar de ensayo y puso así la semilla del Institut de Gospel, al que “ni la fe religiosa, ni los conocimientos musicales o el timbre de voz condicionan para acceder”. “Decidimos enseñar, de forma voluntaria y a quien quisiera escucharnos, las reivindicaciones de esta música: el respeto a los demás, la igualdad, la libertad.” Lo hacen “adaptando el gospel a nuestra cultura”, con el convencimiento de que ambas tienen muchos puntos en común. El grupo de Itaca, MorningSingers in the Field, y otros surgidos después, han actuado en el Palau de la Música o el Sant Jordi. Organizan seminarios en colegios e institutos. Dice esta chica de ojos intensos que ella aprendió con el gospel la importancia de ceder por el bien del equipo. “Pero la mayor experiencia sigue siendo que alguien del público llore cuando tú cantas.”
Testimonio recogido por Eva Cervera

6.-CRISTÓBAL GALVÁN

6.-Cristóbal Galván, 26 años. Investigador en predicción ambientalCristóbal formó parte de la primera expedición con financiación española al polo Norte y tomó testigos de hielo con sus propias manos para estudiar la presencia de contaminantes producidos por la actividad humana en ese recóndito lugar del mundo. Cuando estudiaba Biología en Santiago de Compostela, supo que quería dedicarse a la investigación. Mandó solicitudes de becas por toda Europa, porque “si llamas a todas las puertas, al final, alguna se abre”. Ahora es investigador predoctoral en el laboratorio de Predicción Ambiental del Centro de Investigación y Desarrollo de Barcelona y bromea diciendo que le han concedido la beca “porque soy alto y fuerte y así puedo cargar mejor los equipos para las expediciones”. Desde febrero está en la Antártida para continuar estudiando el ciclo de los contaminantes en zonas limpias, es decir, en los polos. “Toda la contaminación que producimos acaba llegando a lugares donde no debería estar, e incluso se ha detectado que está afectando a la descendencia de los esquimales.” Cuando estuvo en el polo Norte, se estaba produciendo el mayor deshielo registrado, pero, pese a todo, Cristóbal habla con cautela del cambio climático; prefiere decir que hay “un cambio global”. “Lo importante, dice, es tener clara la conciencia de que todo lo que hacemos afecta a los demás. Somos una especie que está dominando su ecosistema y no sabemos qué consecuencias va a tener.” A veces, lo invitan a dar charlas en institutos, e intenta dar a los alumnos todos los puntos de vista, “les enseño estadísticas, datos, y dejo que ellos saquen conclusiones por sí mismos”. No se considera exactamente un ecologista, “yo prefiero ser ecólogo”.

5.-MARTA BUENO MARTIN

5.-Marta Bueno Martín, 25 años, estudiante de arquitecturaEl estudio de Norman Foster ha anunciado el despido de más de trescientos arquitectos. Otras firmas de primera fila correrán una suerte similar mientras que sus macroproyectos en Moscú, Dubái o Santiago de Chile duermen el sueño de los justos en forma de vistosas maquetas aparcadas en estanterías de diseño. “No, no es el mejor momento para terminar la carrera. Tal vez habrá que seguir formándose o buscar alternativas en otros países.” La fórmula de aplicarse parece imperecedera. Marta Bueno ultima su proyecto de fin de carrera en la Universidad Politécnica de Madrid, al tiempo que finaliza un máster en medio ambiente y arquitectura bioclimática becada por la misma institución. Aún sin terminar los estudios, puede presumir de galardones: acaba de alzarse con uno de los premios Jóvenes Creadores otorgados por el Ayuntamiento de Madrid. “El proyecto prevé la ampliación de la biblioteca pública de Estocolmo, de Asplund. Propuse incluir una fachada viva, cambiante, que permitiera anunciar las actividades del interior del edificio.” Trabajar sobre construcciones y zonas urbanas ya existentes es una inclinación personal que cree compartir con muchos arquitectos de su generación. “En el futuro, me gustaría hacer algo relacionado con la rehabilitación de edificios o el aprovechamiento de viejas zonas industriales para nuevos usos culturales o educativos”, explica. En su opinión, ya ha pasado la borrachera de los edificios icono. “Hay que aprovechar lo que ya existe y reutilizar –explica Marta Bueno–, aplicar el sentido común y poner en valor la arquitectura popular, que siempre fue un buen ejemplo de sostenibilidad, respeto por la naturaleza y ahorro.”Testimonio recogido por María del Mar Rodríguez

4.-MARIONA MIRET

4.-Mariona Miret, 34 años, responsable del proyecto WASH de Acción Humanitaria, Intermón OxfamRecuerda con exactitud qué ocurrió aquel día en Mutombo, una población del norte de Congo afectada por una alta mortalidad a causa del agua contaminada. “Después de semanas de excavar y escuchar a gente que decía que estaba perdiendo el tiempo, salió agua de un pozo subterráneo. Fue un estallido de alegría comunitaria”, cuenta Mariona Miret, ingeniera. Una sensación, “será la adrenalina”, y una gente, “allÍ donde he estado siempre me han transmitido una magia y una energía especial”, le llenaron el estómago de ganas de ayudar. Era el 2002.De Congo marchó a Neuchâtel (Suiza) a estudiar un posgrado de Hidrogeología. De ahí, a Chad a trabajar en campos de refugiados. De Chad a Uganda. De Uganda a Indonesia, tras la catástrofe del tsunami. “Trabajar en situaciones de emergencia engancha”, dice Mariona. Pero su situación personal y de pareja la mantiene hoy cerca de sus orígenes. Es actualmente la responsable del proyecto WASH de Acción Humanitaria de Intermón Oxfam y opera desde Barcelona. “Ahora el hecho de dar consejos, de decidir con rapidez y en la distancia, me hace revivir cada día esas sensaciones.”Su especialidad es el agua subterránea: “Me apasiona, y todavía sabemos muy poco sobre ella”. La cooperación no es romanticismo, “es un deber”. Porque no es posible, cuenta, que vivamos muy bien porque otros vivan mal. Por eso se enfada “cuando veo que quienes tienen poder de decisión no tienen la más mínima voluntad de cambiar algo”. Se siente rara cuando regresa de situaciones de emergencia. “Me da vergüenza que, teniéndolo todo, no sepamos aprovechar el bienestar. Como nuestra sociedad es una rueda a la que te enganchas, yo intento ser lo más feliz posible, disfrutar de esta vida, que es magnífica, y transmitir que existe otro mundo donde la gente vive de forma precaria e indigna.” www.intermonoxfam. Testimonio recogido por Mónica Artigas

3.-MONTSERRAT NACHER

3.-Montserrat Nacher 24 años, Pablo Canceller y Angélica Sos, 18 años, scoutsSi en el coro estadounidense Young at Heart, que se atreve con los Ramones y entona Esquizofrenia, de Sonic Youth, se exige a sus miembros y aspirantes haber cumplido los 73 años, en Castellón los mayores de una residencia se apuntan al senderismo intergeneracional. Jóvenes scouts castellonenses han decido que a sus mayores no les viene mal un poco de aire fresco y algún que otro paseo por el campo. El Grupo Scout 377 de Sant Francesc, en Castellón de la Plana, propuso a la dirección de la residencia de mayores La Chaleta, situada en la capital levantina, un programa de senderismo adaptado para sus residentes. “Primero elegimos cuidadosamente el lugar donde les llevaremos. Preparamos el recorrido, garantizando que sea en plena naturaleza, pero accesible y seguro para quienes vengan en silla de ruedas o andadores”, explica Montserrat, scout y una de las promotoras de un proyecto que ha contado con diferentes reconocimientos públicos. “No nos da pereza trabajar con mayores, al revés, son muy agradecidos”, señala Pablo. “Ya no es sólo la idea de la excursión, sino la posibilidad de pasar un día con scouts lo que les ilusiona, se siente rejuvenecidos”, dice Angélica. Ellos confiesan que también tienen mucho que aprender. Precisamente el carácter intergeneracional del proyecto fue lo que atrajo a sus impulsores. “Nos gustó la idea de plantear un proyecto en que lo que importa es derribar barreras, tanto físicas como de edad; vamos juntos jóvenes y mayores, gente más ágil y menos ágil, y todos lo pasamos genial.” Y ya preparan las próximas salidas: “Muchos mayores están demasiado recluidos entre cuatro paredes, ellos también tienen que tomar el aire”.Testimonio recogido por María del Mar Rodríguez

diumenge, 17 de maig del 2009

2.-UNA JOVEN EXTRAORDINARIA

“Soy negra, ciega, pobre, mujer y quiero ser independiente y que me dejen trabajar”
Estela Marlene Pires Barros, 28 años, estudianteEstela nació en Angola, cuando ese país vivía una cruda guerra civil. “Veía los camiones cargados de cadáveres y la sociedad y las familias rompiéndose.” Un día, Estela no pudo ver más. Triunfó el glaucoma, una enfermedad del nervio óptico que provoca ceguera progresiva. Un par de viajes a la clínica Barraquer de Barcelona habían servido de poco. “A los 16 años vi por última vez.” La madre de Estela murió cuando ella tenía 20 años. La familia se dividió, sus hermanos pequeños se fueron con sus tíos, y Estela tomó una decisión: salir del país y luchar por ser independiente en un lugar del mundo donde su discapacidad no fuera un freno. Buscó y rebuscó por internet ayudada por sus amigos, consiguió reunir el dinero para pagarse un viaje y llegó a España hace cuatro años. Primero vivió en Madrid, luego en Gijón y después Barcelona, donde trabaja como asistenta en una casa –“me lo ponen fácil para que lo encuentre todo”– mientras estudia tercero de Derecho y vive en acogida por una familia mexicana. Su tenacidad no conoce límites. Su ilusión y su gratitud, tampoco. “Creo que en la vida he vivido situaciones tan buenas, que si la aventura terminara ahora, ya estaría contenta.” Rezando cada día, lucha por un trabajo que le permita ser legal, pero de momento ni la ONCE, que era su gran esperanza, ha respondido a sus demandas. En el fondo, “los prejuicios que se tienen con relación a una deficiencia producen más dificultades que la deficiencia en sí”. Estela quiere ser independiente y que le dejen trabajar. “Lo tengo todo para ser discriminada: soy negra, ciega, pobre y mujer; pero tengo a Dios, a mis amigos y soy feliz.”

Testimonio recogido por Mónica ArtigasFoto de Tatiana Donoso

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