diumenge, 17 de maig del 2009

2.-UNA JOVEN EXTRAORDINARIA

“Soy negra, ciega, pobre, mujer y quiero ser independiente y que me dejen trabajar”
Estela Marlene Pires Barros, 28 años, estudianteEstela nació en Angola, cuando ese país vivía una cruda guerra civil. “Veía los camiones cargados de cadáveres y la sociedad y las familias rompiéndose.” Un día, Estela no pudo ver más. Triunfó el glaucoma, una enfermedad del nervio óptico que provoca ceguera progresiva. Un par de viajes a la clínica Barraquer de Barcelona habían servido de poco. “A los 16 años vi por última vez.” La madre de Estela murió cuando ella tenía 20 años. La familia se dividió, sus hermanos pequeños se fueron con sus tíos, y Estela tomó una decisión: salir del país y luchar por ser independiente en un lugar del mundo donde su discapacidad no fuera un freno. Buscó y rebuscó por internet ayudada por sus amigos, consiguió reunir el dinero para pagarse un viaje y llegó a España hace cuatro años. Primero vivió en Madrid, luego en Gijón y después Barcelona, donde trabaja como asistenta en una casa –“me lo ponen fácil para que lo encuentre todo”– mientras estudia tercero de Derecho y vive en acogida por una familia mexicana. Su tenacidad no conoce límites. Su ilusión y su gratitud, tampoco. “Creo que en la vida he vivido situaciones tan buenas, que si la aventura terminara ahora, ya estaría contenta.” Rezando cada día, lucha por un trabajo que le permita ser legal, pero de momento ni la ONCE, que era su gran esperanza, ha respondido a sus demandas. En el fondo, “los prejuicios que se tienen con relación a una deficiencia producen más dificultades que la deficiencia en sí”. Estela quiere ser independiente y que le dejen trabajar. “Lo tengo todo para ser discriminada: soy negra, ciega, pobre y mujer; pero tengo a Dios, a mis amigos y soy feliz.”

Testimonio recogido por Mónica ArtigasFoto de Tatiana Donoso

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