dilluns, 25 de maig del 2009

10.-SARA MENDOZA

10.-Sara Mendoza, 29 años, educadora social, trabaja con niños enfermos de cáncer.Nunca supo dónde quería trabajar ni qué le gustaría ser. Sólo sabía que se veía rodeada de niños. “Son un motor”, dice. Por eso estudió Educación Social. Y por algo relacionado con un par de experiencias propias, quiso girar el timón hacia los niños con cáncer. Lleva ocho años en ello. Cuatro, como coordinadora de actividades lúdicas y voluntariado de la Casa Ronald McDonald de Barcelona, un espacio que acoge a familias que dejan su lugar de residencia habitual para que alguno de sus miembros siga un tratamiento contra el cáncer en un hospital barcelonés. En total, son quince familias. “Preparo todo tipo de historias para que su vida aquí sea más entretenida. Herramientas para distraerse, porque olvidar es imposible.”Su llegada a media mañana se celebra de verdad. Con sonrisas entre padres, madres, abuelos, hermanos, enfermos. “Dime tú quién llega al trabajo y puede encontrarse un abrazo de una niña de seis años”. Eso –“recibo el triple de lo que doy”– es la fuerza en un quehacer donde la lucha por la vida es el pan de cada día, y la muerte, una compañera de trabajo que nunca cambia su fuerza bruta. “Esto es un embudo, los casos que llegan aquí son difíciles. Y sí, se van muchos niños, pero también se curan muchos.” Cuenta que, cuando lo peor ocurre, ni coraza ni frialdad: “A mí me afecta. Delante de las familias soy fuerte, pero luego me voy a dar una vuelta para llorar”. Lo importante: el sentido final de lo que hace: “El juego es clave, es su ilusión imprescindible”. Y una lección que se lleva cada día, guardada como su mejor tesoro: “Empiezas a valorar algo como estar sentado en el sofá, con tu familia, tranquila y en tu casa”.
Testimonio recogido por Mónica Artigas