dilluns, 25 de maig del 2009

17.-VOCACIONES DIFERENTES Y ADMIRABLES

Carlos Alberto Leiva, 20 años, estudiante y voluntarioLos jueves a las ocho de la tarde comienza para Carlos Alberto un finde no del todo corriente para los chicos de su edad, ni de ninguna otra edad. A esa hora se reúne en un sala del colegio de los Salesianos de Úbeda con sus compañeros voluntarios de la asociación Zero’s. Programan las actividades que les tendrán ocupados el viernes desde las 5 de la tarde hasta casi medianoche y entretenidos al montón de chavales de la localidad jiennense que se apuntan a los torneos de PlayStation, fútbol, gincanas o encuentros literarios que ellos organizan. “Les ofrecemos una alternativa al botellón o a las drogas. Yo tuve la suerte de disfrutar de estas actividades de niño, tuve monitores estupendos y ahora sólo quiero devolver todo lo que he recibido.” Pero su fin de semana no acaba ahí. Sus sábados por la mañana transcurren en la planta de pediatría del hospital San Juan de la Cruz, de Úbeda, tratando de hacer más llevadera la estancia a los más pequeños. “Cuando tenía 13 y 14 años tuve que pasar largas temporadas hospitalizado. Me di cuenta de lo largos y tristes que eran los fines de semana allí.” Con esta experiencia e inspirado en la película de Robin Williams Patch Adams, Leiva se animó hace cuatro años a crear el proyecto Tiritas con sonrisas e involucró en él a otros compañeros de la asociación salesiana. “Con nuestras batas blancas llenas de parches o nuestras narices rojas parodiamos un poco a los médicos y tratamos de desmitificar para los niños toda la parafernalia de los hospitales”. El proyecto ha recibido uno de los premios de la Fundación La Caixa a jóvenes con valores. Los sábados por la noche son para él. “Me gusta salir, me encanta la música y me encantan los niños”.Testimonio recogido por María del Mar Rodríguez



Marc Coll, 36 años, produce y distribuye zumos naturalesA Marc Coll no le avergüenza reconocer que es un romántico empedernido. De esos que trabajan duro por un sueño. Todo empezó gracias a la “adicción a la fruta” inculcada por su madre. Pero también a su innata curiosidad. “Me gusta probar cualquier cosa –explica–, y cuando descubrí los smoothies, ya consolidados en Estados Unidos y Gran Bretaña, pensé que era importante darlos a conocer en España.” Así nació Romantics, que mezcla frambuesa con naranja, fresa y plátano, naranja y piña, mangos y lichis… Cada vez que la lista de combinaciones de fruta se alarga, “crece la ilusión”. Pero Marc no olvida sus responsabilidades éticas. “Si tienes acceso a fruta fresca, cómela y disfrútala. Si no, déjame que yo te proporcione una mezcla divertida; pero tiene que ser fruta, no un sustituto, no conservantes ni colorantes.”Bromea cuando explica las bondades para la salud: “Vas más al baño y estás más contento”. Pero se pone serio al hablar del impacto que su empresa puede tener sobre el medio ambiente: “Estamos estudiando hacer las botellas biodegradables. Es importante cuidarnos, pero también respetar nuestro entorno”. Marc dejó un trabajo en una multinacional para poner en marcha una idea y ver hasta dónde podía llegar. Que es un romántico se percibe hasta en su discurso. A los zumos los llama “mimos de fruta”, y afirma orgulloso que la inauguración de Romantics, que distribuye zumos naturales a establecimientos como Pans & Company y El Corte Inglés, coincidió con el nacimiento de su hija. “Ya es casualidad; el 9 de noviembre del 2005, cuando vino al mundo Aina, exprimíamos las primeras naranjas.”Testimonio recogido por Eva Cervera